jueves, 8 de diciembre de 2011

La “derrota” de Camila

Patricio Araya G.
Periodista

De haber apostado cuál sería el titular de La Segunda –y en general la estrategia comunicacional del duopolio periodístico chileno– en caso de un resultado adverso para Camila Vallejo en las elecciones de la Fech, hoy estaría cobrando alguna recompensa. Era demasiado previsible que ese medio destacaría la “derrota” de la dirigente estudiantil y no el triunfo de su competidor –como si el resultado en sí mismo la marginara de la mesa directiva–, que sólo había que tener la paciencia de esperar la edición del jueves 7 de diciembre, y certificar el titular: “Derrota de Camila Vallejo en la Fech: Lo que hay detrás”.
Si la derrota a la que se refiere La Segunda tiene como principal acepción el acto de ser derrotado en justa lid, la lectura no debería desatar sospecha alguna. Ser eso y nada más que eso: dar cuenta del resultado de una elección al interior de la universidad más importante del país. Sin embargo, en el periodismo no existe la ingenuidad lingüística. Teun van Dijk nos enseña a través del análisis a sospechar de todo aquello que se oculta tras un discurso. ¿Qué hay detrás del titular de La Segunda?
La Segunda eleva el resultado de la elección de la Fech a la categoría de titular innecesario, exagerado, vengativo, replegando al triunfador al epígrafe, destacando, de paso, su actitud talibán: “Boric venció con discurso crítico a los políticos, al PC y Bachelet”. El vespertino no deja pasar la oportunidad de humillar a la derrotada, demostrando que siempre es posible utilizar un medio de comunicación propio para ejercer el derecho a elegir la música en virtud del precio que se paga por ella. Así, el grupo Edwards le factura a Camila Vallejo su arrojo demostrado durante este año 2011 frente al gobierno y los empresarios que lucran con la educación. Es, sin duda, un acto de desagravio que esperaba en la imprenta. Ya habrá tiempo y espacio para ocuparse de Gabriel Boric, el nuevo “revoltoso”.
No cabe duda que existe una estrategia comunicacional de La Segunda hacia la dirigente universitaria. Estrategia un poco menos violenta que la implementada durante la Operación Colombo de 1975, cuando aquélla informó de la suerte de 119 detenidos desaparecidos, titulando “EXTERMINADOS COMO RATONES”, pero igual de macartista y obsesiva, y que pretende deslegitimar su representatividad en el ámbito universitario relevando su militancia en las Juventudes Comunistas, como si aquello fuera algo ilegal o peligroso. Eso es macartismo puro.
La estrategia del medio de ahora en adelante será convertir a Camila Vallejo en un producto desechable que ya cumplió un ciclo, que basta ya, que una nueva presidencia de la Fech habría sido too much para el funcionalismo que tan bien le asienta a la correcta marcha de la nación. Las Últimas Noticias (otro vástago del grupo editorial) ha hecho vanos esfuerzos por relegarla al mundo de la farándula televisiva, donde la prensa amarilla podría hacer el resto. Tal vez ahora vuelvan a la carga.
No obstante que Camila Vallejo obtuvo 1.868 votos, lo que la convierte en la candidata más votada de la Fech, pues, Gabriel Boric sólo alcanza 1.318 preferencias, su lista fue desplazada de la presidencia al obtener 3.864 votos contra los 4.053 de lista Creando Izquierda. Desconocer el apoyo obtenido por Vallejo en esta ocasión, no tiene otro propósito que desperfilar su impronta y futuro políticos. Para ello, la prensa afín al gobierno no ha dudado en transformar “la derrota” en un acto mediático en sí mismo, cuyo valor periodístico no es otro que el resultado de la elección (tal como las entregas de resultados de la encuesta CEP, en la víspera de las presidenciales de 2009), dejando de lado cualquier otra consideración, por válida que sea, como la importante participación de 14 mil estudiantes en una instancia que ya se quisiera el país, fruto del impacto que produce un liderazgo como el que han protagonizado los estudiantes durante todo el año, poniendo a la educación como centro de las preocupaciones de los chilenos; ejercicio democrático libre de temores que es capaz de poner en juego todas sus opciones, sin buscar más garantías que el cumplimento de la reglamentación electoral de la federación.
Perder una elección en el mundo universitario, es ganar una oportunidad de seguir luchando para validarse lo antes posible, a fuerza de ideas y proyectos, a diferencia del resto del país que excluye sin posibilidad de entrar a la fiesta. La derrota de Camila no es tal; de hecho, ella continúa siendo pieza fundamental en el engranaje de la nueva directiva universitaria. A partir de hoy, ella deja la presidencia y se convierte en la segunda en importancia en esa organización. Entonces, ¿por qué tanto alboroto? Mejor sospechemos del ruido más que de las nueces. Los chilenos estamos acostumbrados a lo previsible. Era “lógico”, que tras su irrupción en la escena política, convertida en líder y figura del movimiento universitario, Camila tuviera asegurada su reelección, pero, en la Chile eso demostró ser muy diferente. ¡Por suerte!
La lección que los estudiantes de la Casa de Bello le dan al país en esta oportunidad tiene varias lecturas: primero, la voluntad política de dar cabida a todas las expresiones que anhelan llegar a la Fech, una cultura democrática a imitar; segundo, no tener miedo a perder, porque, entre otras cosas, allí no hay dietas ni privilegios; tercero, hacer que un país entero los observe con respeto y esperanza, sin la sospecha del chanchullo permanente ni la promesa irrealizable; cuarto, el noble deseo de construir institucionalidad con sentido, y luego proyectarla hacia un país que la requiere con urgencia; quinto, que es muy diferente un proceso eleccionario cuando éste se realiza entre pares, es decir, entre personas que tienen la misma educación, no como sucede con Chile, donde la falta de educación de una mayoría, es el caldo de cultivo para fraguar el abuso de una minoría; sexto, que el momento de las dos coaliciones políticas que se han repartido el país, tras el término de la dictadura, ya pasó. Ahora es la juventud ilustrada la que debe pasar al frente. Chile no merece tener un diputado como René Alinco, u otros que apenas tienen licencia de enseñanza media. Aquí se requiere un poco de lápiz.
¿Qué hay detrás de la derrota de Camila Vallejo en la Fech?, se pregunta La Segunda. Miedo. Sólo miedo. Una gran incertidumbre para quienes se sienten intocables. Si en La Moneda leyeron la “derrota” como un problema menos para el próximo año, están más equivocados que los mayas. No habrá fin de mundo, habrá cambio de mundo. El mundo universitario que Camila y los otros dirigentes han develado en el último tiempo, le ha demostrado al país algo muy importante: no hay que tener miedo a exigir nada, no hay que temerle a los cambios, porque lo único seguro que existe en esta vida, es que las cosas cambian.

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