martes, 20 de diciembre de 2011

¡Todos a FONASA!

Patricio Araya G.
Periodista

El presidente de la Asociación de Isapres, Hernán Doren, explica de manera muy sencilla las cuantiosas –vergonzosas, escandalosas, exorbitantes, inexplicables, aberrantes, usureras–  y millonarias utilidades obtenidas este año por las isapres. Según él, éstas se deben en gran medida –como si tratara de un milagro económico–, al incremento de cotizantes del sector y a la buena salud de los chilenos.

Una respuesta simple –que bien podría dejar tranquilos a muchos– pero tonta. Es una respuesta tonta para el futuro de las isapres, y por tanto, una muy buena señal para los chilenos indignados con el mercado de la salud privada. Tonta porque Doren se pega un tiro en el pie al darles a los ciudadanos una pista sobre lo que hay que hacer para deshacerse de las isapres, y de todos los abusos: desafiliarse de ellas.

Eso, así de simple. Hay que huir de los sinvergüenzas y de sus malabares para cobrar caro y pagar tarde mal y nunca cuando les toca a ellos. A no mediar que ante la estampida de cotizantes la autoridad acuda en su auxilio decretando un “corralito de la salud”. En Chile, aunque en Argentina no lo crean, pueden pasar cosas peores.

Sin embargo, aquí los chilenos tienen la oportunidad de matar dos pájaros de un tiro: por un lado, terminar con un sistema que de solidario no tiene nada, y por otro, fortalecer el sistema de salud pública. Así de simple. ¡Todos a FONASA de una vez! Datos del Fondo Nacional de Salud indican que en diciembre de 2010 sus afiliados ascendían a 5.190.846, mientras que en la misma fecha las isapres contaban con 1.446.308 cotizantes.

De las 13 isapres que conforman el sistema privado de salud chileno, siete son abiertas (Colmena, Cruz Blanca, Vida Tres, Ferrosalud, Más Vida, Banmédica y Consalud), y seis son cerradas (San Lorenzo, Fusat Ltda., Chuquicamata, Río Blanco, Fundación y Cruz del Norte), en su mayoría vinculadas a la minería, excepto Fundación, ligada a Bancoestado. Éstas últimas tienen un público cautivo, y por tanto, no pueden salirse del sistema.
Según la Superintendencia de Salud, en octubre de 2011 las isapres cerradas suman 44.995 cotizantes, mientras que las abiertas en la misma fecha llegan a 1.467.597 cotizantes. Consalud es la isapre que tiene más afiliados (326.254), la sigue Banmédica (315.556), Cruz Blanca (296.216), Colmena (244.093), Más Vida (201.906), Vida Tres (71.798) y Ferrosalud (11.774).

¿Cómo se explica que una cartera de clientes de un tamaño relativo, pueda generar tanta riqueza? Aquí algo huele mal. Muy mal. Es la manera más descarada de construir riqueza a expensas de sus beneficiarios.
Si los cotizantes esperan que los parlamentarios o el gobierno hagan algo para frenar las abusivas ganancias de las isapres, hoy eso es una mala idea. Siempre lo ha sido. De manera que la única alternativa viable es la fuerza. La fuerza de la evidencia. Es evidente que las isapres están abusando a sus usuarios. Es evidente que los políticos no están sensibilizados con semejante vulneración. Resulta evidente que hay que desafiliarse de las isapres e irse a FONASA.

No es propio de países civilizados dejarse abusar por un determinado grupo, independiente de su naturaleza, sea comercial o política. No más abusos de ninguna clase. No más tolerancia con quienes se encogen de hombros frente a los abusos. No vote por nadie que no sea capaz de fiscalizar y legislar pensando en usted, por el contario, bote a ese tipo de candidato. Y sálgase de la maldita isapre. FONASA es la única alternativa. No le costará más que el 7 por ciento de sus ingresos imponibles.

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