Matinales buitres II
Patricio Araya
Periodista
@patricioaragon
Hace tan sólo cinco días los matinales de TVN y Canal 13
originaron una mediática polémica, luego de su torpe actuación frente a la
trágica noticia que un oficial de Carabineros le entregó en vivo y en directo a
un padre angustiado, en las faldas del cerro Manquehue. Este lunes, la
tentación de golpear al otro, los hizo desplazarse a más de cien kilómetros al
oeste de Vitacura. Ambos matinales se dieron cita en medio del barro y el
llanto que dejó la rotura de una matriz de Esval en Valparaíso.
Qué duda cabe, ninguno de sus editores ni directores, aprendió
la lección de la mañana del 10 de julio, ocasión en que cruzaron los límites de
la ética, y avanzaron por la pantalla con la torpeza de un elefante dentro de
una cristalería, mostrando en primer plano el terrible momento en que el padre recibía
la confirmación del hallazgo del cuerpo de su hijo extraviado en la víspera.
Horrible. Irrepetible. Eso pensamos, pero volvió a suceder. Les sucedió de
nuevo.
De nada sirvieron las excusas
y explicaciones tras el bochorno dadas por los responsables de los
matinales, ni la treintena de reclamos al CNTV, ni la furia manifestada en las
redes sociales. Ellos no aprenden. Es más, persisten en el “sin querer
queriendo” del Chavo del 8.
La fallecida académica de la Escuela de Periodismo de la
Universidad de Santiago, Pamela Cantuarias Larrondo, solía decirnos que “en TV
no existen imágenes inocentes”. Si esa mañana del 10 de julio en las salas de
dirección de los matinales se vieron “sorprendidos” por la situación que
ocurría frente a sus narices, y por la crudeza de la imagen que captaban sus
cámaras, ¿por qué no bajaron el enlace en directo? No habría sido para nada
extraño, de hecho, cuando una nota está “guateando”, la bajan sin asco, sin
ninguna consideración por el televidente, ni por el entrevistado.
Pues bien, la mañana de este lunes 15 de julio –sí, a sólo
cinco días del “manquehuaso”– los matinales buitres volvieron a pisar el
palito. Y como lo que les sobra son recursos, ambos programas enviaron a sus
noteros al epicentro de una nueva tragedia porteña. Allí estaban desde las ocho
de la mañana, en vivo y en directo, disputándose los restos del desastre, el
barro, los postes quebrados que atravesaron paredes, la carroña, lo que nadie
quiere tener en su casa como recuerdo, como un pésimo y dramático recuerdo de
un domingo.
El conductor de “Buenos días todos” no se quedó atrás en
materia carroñera. “(Fue) un momento impresionante que nos ha cautivado a
todos” dijo en referencia al instante captado por un particular, justo cuando
estalla la matriz de agua y se desata el pánico en medio de la calle. El
camarógrafo circunstancial graba el momento y grita para que las personas se
alejen del lugar de donde el agua de Esval sale a borbotones, destruyendo parte
del pavimento y amenazando dos casas. “Corran ctm, se está rompiendo la calle,
salgan”, clama el hombre.
En otro momento “sublime” de la transmisión “conjunta” de
los matinales buitres, el reportero de “Bienvenidos”, extasiado a más no poder,
anuncia que tiene a su lado a una mujer que lo perdió todo, y que va a recorrer
con ella los restos de la vivienda y sus enseres… pero ocurre algo inesperado
–estos son los riesgos de transmitir en vivo y en directo– la mujer le informa
en cámara que no puede mostrarle su casa porque “estoy comprometida con el
Buenos días a todos”. ¿Le habrán pagado? Quién sabe. Ese guatón Correa es capaz
de todo por una nota exclusiva. “Está bien”, responde resignado el notero, al
tiempo que se abre camino arriba entre los escombros de la pobre mujer. Para el
caso, no estaba ni ahí con ella. Ya encontrará alguna vieja llorona que no
tenga exclusividad con la competencia y que esté dispuesta a llorar en cámara.
Y lo consigue. Una señora le enseña su mano vendada producto de un corte en
medio de la tragedia. Ella también lo perdió todo. Eso es lo que necesita el
periodista matinal. Su director no le perdonaría estar en medio del río y no
pescar una trucha. “Bienvenidos” penetra la privacidad de la anciana, hasta las
fotos familiares salen en la tele. “Esta casa la compró mi padre, y luego mi
marido; aquí se celebraron los matrimonios de mis hijos”, explica entre
sollozos la mujer. Tonka y Polo Ramírez asienten desde Santiago como lloronas
en velorio. Martín explica que él conoce la zona… ¿?... Está bueno el show para
empezar la semana. ¿Cuánto estamos marcando? Sigue nomás, huevón. El GC del
“Buenos…” anuncia PERDIERON TODAS SUS COSAS. A comerciales. “Bienvenidos”
también se va a la tanda. Estamos marcando súper bien, ya volvemos con más
dolor en vivo y en directo de esa ciudad fatalizada, que no sabe más que de
tragedias. A bueno, también de borrachos y prostitutas, y de carnavales, y de
basura. Y de ser la que tiene el peor alcalde de Chile.
La competencia por el rating es feroz. Ya van casi 40
minutos de transmisión a la par de ambos matinales, los otros canales ya se bajaron
del tema. A Mega no le interesa el “aluvión”, y los otros están ocupados en sus
leseras. “Buenos días a todos” y “Bienvenidos” no se dan tregua. Regresamos de
comerciales. “Bienvenido” retoma la transmisión bajo un titular hiperbólico:
“VALPO. ENTERRADO POR ROTURA DE MATRIZ”. Es una exageración. De seguro han
visto demasiadas veces el vídeo de NatGeo donde Valparaíso se desploma. El
noterorrecorreescombros mira a la cámara y junto a la señora vendada reflexiona:
“Imagínese cómo debe haber tenido la adrenalina la señora, que no sintió el
corte en la mano”. Y luego le pregunta: ¿tiene miedo que le entren a robar?...
Estúpido. 8:56, “Bienvenidos” baja el contacto. A otra cosa mariposa. TVN
regresó de comerciales con otro tema, ya no le interesa Valparaíso. No faltará
su incendio guacho para regresar al Puerto.
¿Cómo hubiesen actuado el pasado 10 de julio Canal 13 y
TVN, si el niño fallecido en el cerro Manquehue fuera hijo de Andrónico Luksic,
o de Mauro Valdés, o si este lunes las casas arrasadas por el agua de Esval en
Valparaíso, hubiesen pertenecido al dueño del ex canal católico, o al director
ejecutivo de la señal estatal? De seguro, no con la misma torpeza ni la misma
soltura con que invadieron la intimidad de los anónimos sufrientes. ¿La razón?
La TV chilena siempre puede violentar la privacidad de los pobres, en cambio,
la gente poderosa siempre tendrá derecho a su privacidad. Más aún, si el
mismísimo Presidente de la República hace unos días atrás se tomó la licencia
de exceder los límites de la privacidad de una menor de 11 años embarazada,
refiriéndose en público a ella por su nombre, ¿qué puede esperarse de la
televisora pública o de la privada? Nada. Ellas sólo copian los malos ejemplos
de la autoridad. Las licencias aberrantes.
Entonces,
¿por qué tendría que extrañarnos que en los próximos días el Presidente Piñera
visite a la niña en su miseria para llevarle el ajuar de su futuro hijo, y los
matinales buitres estén allí para transmitir en vivo y en directo el parto?
Merecemos otro Chile, el que tenemos, es asqueroso.
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